Día 4. Ya podemos respirar. De tanto contener la respiración me estaba poniendo morada. Que falle el wifi y los hospitales en EEUU era casi lo último que esperaba, si casi tenían internet cuando nosotros no teníamos ni teléfono. ¿Y dónde ha quedado Anatomía de Grey? Esos médicos tan competentes, esos hospitales modélicos... ¡¡Ha explotado la burbuja hospitalaria!!
Jueves. Ese día que tan poquito me gusta, porque me cuesta trabajo madrugar en jueves, que siempre está en el medio. Pero una vez puesta en pie y una vez comprobado que los washapp saben nadar, todo ha ido sobre ruedas. Hoy he compartido tu mensaje con las rubias porque creo que se lo merecen. Ellas han sufrido como yo. Y de nuevo has vuelto a ser la primera pregunta del día, el ego crece. Luego hemos vuelto a nuestra rutina: la jornada contínua, Urdangarín y sus despistes monetarios, el Rey y sus elefantes, la herencia del abuelo, Alvarito se ha comido todo el arroz y la "Mini-Jimena" que ya pesa kilo y medio...
Hoy sí que he visto al pack indivisible y raudos han acudido a preguntarme. Son buenos chicos, algo casposos, pero preocupados. Aunque hoy tenían también "dos buenos motivos" para correr a mi encuentro. Hemos aprovechado este bonito día de sol para comer en el chiringuito del grupo, ese sitio tan desesperante donde vas 10 personas y te dan 6 vasos, 4 tenedores y 8 servilletas. El arroz estaba rico, pero los camareros son para estamparlos contra la paellera.
Destacable: entre la rubia y yo hemos practicado para falsificar tu firma para Enusa. Hemos pasado un rato divertido y hemos hecho un churro curioso. Matamos el tiempo de cualquier manera.
Mañana será viernes, os queda menos para volver. Sufro por Martina, no puedo imaginar estar en tu pellejo... cómo se puede querer tanto ¿verdad? Es una pena no poder entenderlo hasta que eres madre, les ves por primera vez la cara y ya sabes que nunca podrás querer a nadie como a ellos.
Buenas noches, americanitos...
Buenas noches, americanitos...
Pd: Espero que hayas llevado suficiente chocolate...
