Día 9. Ya queda menos para que estéis de vuelta, al menos quedan 9 días menos. Nada es eterno, el café se enfría, el humo se disipa, el tiempo pasa...
Hoy no ha sido mi mejor día. No tengo muchos motivos para estar mal (por no decir ninguno) pero me he levantado cansada y eso multiplica mi mal humor mañanero, ya de por sí bastante crecidito. Será la primavera, la edad, el café del Ciemat, que es capaz de fulminar tu estómago en minutos o Bankia, no lo se. Ya te digo que no tengo motivos concretos. Así que mi capacidad de aguantar a mi Maritoñis y sus chismes ha disminuido a niveles insospechados. Me ha faltado un tris para tirarle del cable del teléfono y ahogarla con el cable de internet. ¡Que no! Ha estado cansina, pero en su línea, la que no está al 100% soy yo!!!. Creo que también es debido a la inactividad que crece, y crece... Está claro que la única que genera trabajo allí eres tu, que los demás estamos de adorno. Soy más mujer florero que nunca.
En estos días me acuerdo mucho de mis padres, que no han tenido la oportunidad de verme crecer, aunque se que están conmigo en cada paso que doy. Por eso a veces estoy tan segura de que Martina se recuperará, porque ella tiene un ángel que también la cuida desde arriba. En fin, mañana amanecerá otra vez y las cosas serán diferentes. El café se habrá enfriado y el humo se habrá disipado.
Destacable: El sol ha salido y mañana tenemos picnic. ¿Qué más se puede pedir? Son estas pequeñas cosas las que nos hacen ser felices. Te mandaré fotos, para que no te olvides de nuestras caras.
Desde el otro lado del océano, buenas noches americanitos.
Pd: Este es el café que me va a poner mañana el pequeñito calvo. En la cafetería no vale de nada tu sex-appeal. :-)